Con la partida de un ser tan excepcional, nos encontramos reflexionando sobre la huella indeleble que ha dejado en nuestras vidas. Su existencia fue una amalgama de amor, dedicación y éxito, tejiendo un legado que trasciende el tiempo. Como pilar de nuestra familia, nos enseñó el verdadero significado de la fortaleza y la compasión, cultivando un hogar donde el amor y el apoyo nunca faltaron.
En el ámbito profesional, se destacó como un empresario visionario, cuya pasión y perseverancia le llevaron a alcanzar cimas de éxito inimaginables. Pero, más allá de sus logros empresariales, fue su calidez humana y su incansable deseo de mejorar la vida de quienes lo rodeaban lo que verdaderamente lo definía.
Como padre, nos guió con sabiduría y paciencia, inculcándonos valores que hemos atesorado y transmitiremos de generación en generación. Su amor incondicional como esposo fue el cimiento de una relación que muchos admiraban y aspiraban a emular.
Hoy, aunque nuestro corazón se encuentra sumido en la tristeza por su ausencia, nos reconforta saber que su legado de amor, bondad y excelencia perdurará. Su memoria nos inspira a seguir adelante, honrando su vida a través de nuestras acciones y manteniendo viva su esencia en todo lo que hacemos.
Que descanse en paz, sabiendo que su espíritu sigue vivo en nosotros, guiándonos con la misma fuerza y bondad que siempre nos demostró. Su legado es eterno, y su recuerdo, un faro de luz en nuestros corazones.
Velación: Martes 27 de febrero de 2024, a partir de las 08h00 a.m.
Misa: Martes 27 de febrero de 2024, a las 16h00 p.m.