Carmita siempre fue una bella mujer que tuvo un corazón tan tierno y dulce, íntegra en sus convicciones, elocuente en su pensamiento crítico y una mujer muy luchadora y emprendedora. Estamos seguros que Dios ha abierto las puertas de par en par para dejarle entrar en su reino y que su alma ya descansa en paz. Gracias a la vida por habernos dado el privilegio y orgullo de conocerle.